miércoles, 18 de febrero de 2009

La Nena

La nena se fue a acostar con una polera con pequeños ositos azules que jugaban con palas amarillas dentro de un fondo blanco de algodón. Se fue del living, donde estaban su madre, padre y hermano chico sin la menor sospecha, como quien sube cualquier día a cualquier hora a reposar los 15 minutos en el día. Avanzaba entre los escalones, recién encerados por su viejita querida, mientras con su mano izquierda quitaba el sudor que se acumulaba sobre su frente. Todos saben que al subir una escalera el esfuerzo es mínimo, pero cuando empiezas a detener la mente en un punto fijo que nunca existe no sabes si es una escalera lo que estás subiendo; algo así era lo que sucedía. No se vislumbraba un rostro de serenidad en la Kimmy, por el contrario sus ojos nunca habían estado tan quietos como en ese momento. Algo la detuvo, posiblemente una de esas sombras luminosas creada por los focos de una micro que creemos son imagenes espectrales deambulando por las aceras de nuestras casa. Tan quieta, tan muerta su figura, con un pie sobre un escalón y el otro levantado aún si poder reaccionar. La kimmy no hablaba, estaba paraliza, su mente se marchó a otro lugar. ¡ah! cuannbestia fueron sus padres al gritarle para que volviera, cuan inutiles eran sus palabras sabiendo que la kimmy ya no hablaba su mismo lenguaje. Estaba quieta, hablaba el lenguaje de las piedras y solo los muros de la casa comprendían los llamados de auxilio que entonaba la chiquita. De hecho,según mi recuerdo fue la única vez que pude oír el sonido del silencio que se grabó en los labios de la nena. Estaba ahí sin decir nada, cabalgando en lso pastizales de la memoria quizás, o revoloteando como una polilla por el destello de una ampolleta, o quizás era más aún: encontró una de esas yaves secretas que las transportaba a una dimensión de enormes cíclopes y trolles dónde ella erá la elegida para liberar al pueblo de Surandes. La elegida entre millones de humano y la próxima vez que despertará se encontraría abandonada en un bosque donde los gorriones son los grandes sabios del conocimiento y dónde los manantiales nacen de los cielos para alimentar a la tierra. En surandes seguramente vivían pequeños gnomos de cabeza cilíndrica y enormes barbas blancas que buscaban a un héroe que los rescatara de su muy temido enemigo El Lechi. Este viviría en lo más hondo de una montaña, ya que en lo alto solo existirían ideas falsas que engañen al mundo haciéndoles creer que en la cima se encontraba su mayor temor, pero no era así. Nada era así, nadie sabía lo que le pasaba a la kimmy. Estaba quieta en la escalera sin decir nada más callá que la mierda. Sus padres ya no soportaban más el hecho y de pronto en un vuelco de ira su padre se lavantó del sillón con una furia que solo los corderos degollados entenderían y se acercó hacia ella. Se puso delante, la observó directamente a los ojos y le dijo:
-kimmy, hijita, qué pasa?- con un tono irónico que cualquiera lo enviaría al psiquiatrico- yapo kimmy no me hagai esto. Responde. !Por la chucha kimmy¡ ¡responde weon! Que pasa.
Nada- ella respondió con voz baja- nada papá-
-Como que no te pasa nada has estado ahí quieta durante 15 segundos y me dices que no te pasa nada.
- Es que quería hacerles una bromita- riendo en voz baja.
- Bromita conchatumadre, bromita vení a hacer aqui ah? Que te creí wun, que estoy pa tu leseo, yo soy tu papá y me preocupo.
- pero papá- sorprendida
- Cállate andate de aqui nop quiero verte más aquí.
- Pero papá- como llorando.
- Ya wn me aburrí- sacandose el cinturón.
Amarró el cuero sobre  uno de sus muñecasy lentamente con sus brazos se acercó a ella y la abrazo.
-Hija te amo, que este cinturón en tu mano sea el recuerdo de este momento para el momento que viene. Y que este beso que deposito en la alcancía de tu frente sea no más que un beso cálido para tus días de invierno. Hija, la verdad no comprendo como sucedió esto...
y la verdad no sé lo que pasó después solo que en el techo de color blanco había una mosca detenida que antés había estado en la polera de la Kimmy con pequeños ositos azules que jugaban con palas amarillas dentro de un fondo blanco de algodón.

2 comentarios:

Perséfone dijo...

la nena no me quiere mirar, no necesita amor (8)

Parece que eso decía la canción.

Cuidate pollo!


Adiós.-

. dijo...

Me acordé cuando era chica.. alguna vez intenté hacer una especie de broma como esa.. que en el mundo "adulto" nunca tienen mucha lógica. Creo haber tenido otro tipo de razonamiento.. y aún así entiendo perfectamente lo que me llevo a pensar así, a sentir así.. en fin, a ver el mundo desde la perspectiva de niña.

:) es bueno acordarse a veces de lo que es ser niño.

un saludo :*