domingo, 7 de febrero de 2010

Menhir

Alguien saltó con los ojos abiertos al sueño,
desde la media noche yo veía los dibujos
en sus vírgenes córneas: unas cuantas velas
incendiando vuestra casa de urnas celestes,
como en un ritual diaguita,en lo más alto
del cerro al anaranjar el sol los cielos.
"estás vivo"- te dicen las piedras a tu costado,
levanta tu cráneo con los dedos de otros,
despierta a tú mujer e indica a tu guanaco,
con la lengua deforme, las voces del chamán,
elige uno de los vientos para dirigirte del otro lado,
y no dejes que la brumosa duda de la madrugada
te ate las raíces a las lágrimas de tus seres queridos.
Ve, ve más allá del calvario de los cóndores
donde ya no exista la tibia luz de la mañana,
donde con tu arco descozas astros de cultivos estelares
que nos abriguen por las noches con su lejana hoguera,
entierra la semilla bajo la pajarera del universo
hasta encontrar el mundo de nuestros predecesores.

Todo esto y más flameaba de cada iris,
y supe entonces, que el verdadero viajero era yo mismo,
y aquellos dibujos galácticos, la señal chamánica
de mis antiguos padres, fue así que pregunté


¿pues si después de esta vida hay otra,
y viviendo yo en aquella vuelva a morir
no habrá otro mundo esperando por mi
después?

entonces los ojos se cerraron y quedé solo con las constelaciones.