domingo, 20 de marzo de 2011

Las Carrozas Asesinas

Ésta es la patria de las carrozas asesinas,carrozas enchulando delicuentes del barrio mecánico azúl luminoso debajo del auto, que se escabullen por las noches a degollar vientres para el sueldo del mañana, por la brisa prostituida con las sotanas papales del dueño funerario más corrompido y enorme del país.
"El Nuevo Paraíso se llamaba la casa esquina que arrendábamos y, que con el tiempo transformó nuestros esquemas mortales e ignorantes en redes de veneno, muerte y sed. La nuevo Paraíso le decían. De día, los niños jugaban con sus poleras del Barcelona y el Uní-Uní, modelando las tierras pardas y cansadas del esfuerzo en vano y mísero que quedaba de nuestros sueños infantiles. De noche, los guarenes del olvido lamían la sangre de los olvidados, de esos que hasta la estrella más ardiente de la noche cierra los ojos para dormir un Milenio.

sábado, 5 de marzo de 2011

Pajarera

Y si me decido a renovar el invierno
con la forja avinagrada de los puños
hechos humo, con el sofocamiento de la luz
con el florecer de las huellas digitales.
Al vislumbrar desde lo alto las pequeñas cajitas,
puede que me pregunte,

¿a que hora se transforman los sesos y la sangre
en la liberación de los hierros al rojo?

y si mi postura enclencle se predispone
a la satisfacción de las hambres solubles,
con el caminar despistado por calles olvidables
entre basureros rayados de intención y verdad,
pero derretidos en rabia y hastío,
un malestar sicopáticamente anillado en micas de cansancio.
La representación de un gigante forzando los párpados a dormir
que te mece en las manos en sus sinfonías de motores colectivos.

El amor limitado a una taza de té tibia
y unas migas vagabundas y añejas,
el callar de todos los objetos
para burlarse del individuo del espejo.