sábado, 29 de septiembre de 2007

En la mesa blanca.

Ahora cuando las dudas se rebalsan de mi sien

Una lágrima se hace estigma de la inocencia

Frente a frente con mi cuerpo torcido

En un mesón inestable casi desnudo a la vista

Con hojas que parecen dinamita corrosiva

Y ese azúcar que nunca supo tan amarga como

____________________________/ esta noche


Donde la luna me saluda y las estrellas

No se atreven a mostrarse por temor

A ser asesinados por la espalda de un

Balazo en pleno corazón sangrante.


Es una noche donde el temor se esparce

Y el alcohol sale como brisa marina

De las bocas jóvenes lujuriosas volatiles.

sábado, 22 de septiembre de 2007

De frente en el lavamanos

Hoy me detengo a la vista de un espejo

sin nada que mirar bajo el cielo perplejo

en mi mente bajo frívolos suspiros

los ácaros se comen el reflejo varonil

mientras el humo rellena la habitación

emito cánticos a difuntos olvidados

aplaudiendo con dedos arrugados

y los pezones erizados.



Mas allá

tras una cortina escondida

espinas de agua rítmica

se esparcen en un remolino

cuando yo

me ciego por el espesor de la niebla

y vuelvo a perder mi camino.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Allá ella

Allá ella

Cúpula escurridiza cubierta de plumas indiferentes

Apoyada en el muro silencioso.


Allá ella

Sigilosa y atrapada

Por el manto de la duda

Sumergida en el silencio

Y condenada a mi reojo.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Estábame YO escondido

Estábame yo escondido entre sucias paredes verdes

Sin olor alguno flagelado en un rincón

Paralizado entre comillas y cosquillas dormidas

Con el torso vertebral tenso asustado y avergonzado

Se esconde una mano bajo tibio lecho

Y un suspiro arrogante entre mi pecho

Fluctúa la infértil bóveda de ojos

Atascada sutilmente fría

Dejando de lado suspiros marchitos

Ahogados en castillos de piedra

Asesinos de vientos viciados

Abandonados en el orfanato de la nada

Ha golpeado la ventanilla una mariposa demente

Distraída guía mis ojos a sus alas transparentes

Delicadas sensibles casi una falacia enigmática

Propagada lejos fuera de quejidos nocturnos

Provocados por algún hombre agotado

Gimiendo dolores en palabras abstractas

Y escondido entre tabiques cochinos

Donde yo no huelo más que mi propia sombra.