Saber lo que pienso de nuestra libertad,
que me ardan los gametos del antepasado,
estando, el dominio de una estrella iluminaba mis noches
y el pensamiento de alejarme,
De enrejarme por hacia ventanas, me dolía,
y la libertad olía más a prisión eterna
Que a magia de musgo, preciosa senda,
caja vacía, llena de ganchos enormes,
Con rasguñotes sin sangre, pero con putrefacción
y a cobija de latón con agrietados tobillos,
Figurados de un valle de ratones masticados
Mamando el queso desde las ubres de la esperanza
Como si la llaga mal oliente del futuro fuera cotidiana,
ay vida, la vida, no es más que llena ergástula de huesos,
Cadenas selladas de costras sin cuerpo, doliéndose del amor,
Doliéndose en el parche del ahora,
Despertando muertos en otra vida
O volviendo a dormir despiertos,
Mi amor, mi único amor que es todo,
Me espera hincada en formas extrañas
Sin distinción de género, sin conjugación verbal,
Más allá del árbol del lenguaje, de la fehaciente semilla,
Más cerca de las cósmicas creaciones.
Pujando martillazos en los clavos de la ciencia
Hasta extinguirla como un sol cualquiera
Atascando mancebos de seda en los recreos de los niños.