martes, 25 de diciembre de 2007

Que más

Que molesta actitud emana de mi cuerpo
quien se cree individuo y reposa los ojos
a las aguas de la tarde melancólica, ida,
entristece los cerámicos, los flores trazadas,
las luces de aquel árbol sin vida emplastecido,
manzanas envejecidas, duraznos masticados,
campanas sin sonido, ampolletas vacías,
sonidos de papel, agua reposada, vidrios rotos,
servilletas perdidas, cables sueltos, ceros digitales,
saliva acumulada, hedor de pies sucios: mal olor,
un pájaro en el pecho, gusanos en los puños,
arañas en la espalda, un coito sobre mi sien;
no dejo de pensar, cuchichear, masticar…
mis horas se van, escapan de mi piel,
y huyo sin saber por esta carretera
de locura incomprendida ante mis ojos,
quebradiza, corta mis pies inválidos
maldito el día aquel que conocí la vida,
tan extraordinaria preciosidad
no es para los hombres,
¡Malditos ellos!
que no se comparan
con la tenue pisada de la hormiga.

¡Malditos los dioses!
que crearon al hombre y su lamento,
digirieron la sal en la tormenta
y arrojaron la carne en el cementerio.

sábado, 15 de diciembre de 2007

La danza del cigarro y la lengua

El tránsito corre suave por el viento
y la ceniza aterriza de pronto abajo,
superficie estrecha, mancha roída,
brasas tenues, almidón por extinguir,
bocas secas, simposio de inseguridad,
hojas secas, calor despavorido arriba.
Una lengua seduce al humo apacible,
con erótico baile tiemblan los dientes
cortejados por su eminencia carnal,
y tiemblo por la respuesta tímida
del viento en la humareda coqueta,
y pienso en la cópula desenfrenada
de los amantes invertebrados;
tan sensual en el baile de lo fumado
y tan sexual en el baile de lo creado.