miércoles, 27 de febrero de 2008

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caminemos que la lluvia viene
esa nube a lo lejos impide la sedación
los días no se detienen como nosotros
el árbol a los lejos seco está por un lado
las ramas se quiebran y el tronco muere
del otro lado la vida se esparrama en el cielo
y qué es la locura que tengo en mi mano
nací de lo no nacido una noche de espanto
de un susto que rompió el cordón de vida
en la implosión había muerto el tuerto
y detrás del caos una explosión me trajo
con cadenas en las muñecas y tobillos
tropecé trece veces antes de caminar bien
las oscuras siluetas que me llaman
no me han ayudado a rasgar los ojos
y después de todo la luz no es lo mejor
muere y vive a la vez que renace
todas las noches compartimos la noche
y somos por una vez, la quietud misma.

martes, 19 de febrero de 2008

Para romper el silencio no basta con mirar el cielo

Para caminar basta mirar el cielo.

_______________________Para caer basta mirar el cielo.

Para sonreír basta mirar el cielo.

_______________________Para llorar basta mirar el cielo.

Para mirar el cielo basta mover el cuello
aun recuerdo la noche aquella
una pregunta se hacía verdad
y la estrella caía desde el unísono
las piedras a lo lejos no se veían
como el océano que se perdió alguna vez
en nuestros ojos los volcanes yacían
escupiendo lava por las mejillas
negro el humo que negaba la imagen
caduco postre de la mañana en verano
suele comerse con cuchara y a veces,
solo a veces con cucharón si hace falta
el dulce manjar de un mordisco suave
es el regocijo que se va y no vuelve
dentro del dulce no hay sal que masticar
una cuchara basta para destruir la obra
y permanecimos aquí tan callados
cuando el mar ruge a cantaros de conchas
y de vez en cuando las gaviotas pasan
para quitarnos un poco de nosotros
no quiero pensar que te comieron la lengua
pero hablar es difícil, esa distancia en la cercanía
no permite ganarle al silencio,
¿acaso serás estatua que te vislumbro tanto?
esa quietud que no comprendo,
esos ojos tan quietos que me perturban
eres el caos y la corrupción de la misericordia
has fabricado el altar de la peor pesadilla
o soy yo quien teme a tus brazos de bronce
la inquietud es lo que da quietud
pero tu cuerpo, tan dormido no despierta
qué pasará entre nosotros si no decimos nada
como siempre, la respuesta fija en el cielo
para quebrar el silencio con mi voz:
ves la estrella mas brillante allí arriba
es el astro que ilumina nuestros cuerpos
es la llave que detiene el habla
índice que apunta nuestros ojos
hemos viajado millones de veces
en el sigilo de nuestros sueños
pues, cuando estamos callados
somos nebulosas que se miran
de galaxia en galaxia
y estrellas que se pierden
de mirada en mirada
eres tú ahora quien asesina aquel astro
y me creas en ti con el respirar
eres tú la incandescencia misma
que opaca las estrellas de la noche
eres la claridad que me deja mudo
cuando cuento estrellas y pierdo la cuenta.

martes, 5 de febrero de 2008

Eso que a veces comentas


Nada perdemos con resignarnos a la vida
seguir siendo seguido por lo mismo, asusta
el fulgor de una llamada falsa tras el auricular
la voz engaña, pronto el cuerpo lo falsea todo
la carita y la vocecita que nunca dicen nada
todo lo tornamos a una fe, probablemente, irreal,
a veces; detenerse, observar en silencio y silenciar
si hay tiempo, algo que perder
si no hay tiempo, nada que perder
no hay verdad en los rostros ni en los vocablos
la innecesidad vuelca la cara al origen
tiempo toman los brazos abiertos para cerrarse
no es la imagen aquello basto de seguridad
tampoco las palabras, arpías que tejen la tumba,
difícil creer en lo ya creído por alguien más
carroña de mis días las palabras tuyas
póstuma obra de tu arte colosal y destructor
juegas con la rueda de mis ojos,
__torturadora en silencio
este caos imposible de un orden mediano
acompaña mis pasos en el día
vidas sin vida dentro de lo mío
no brinques de lapso en lapso
que la imaginación no puede.
Dentro de la gota está la lluvia
hoy el sueño se hace verdad
la palabra que cae de frente
se hace ardor y penumbra.

Y es como pareces dominarme ante tus mejillas
de tus ir y venir sin esclarecimiento previo
fingidos los sentimientos que no comprendo
si acaso eso fuera todo
en la vereda camina la muerte
vestida de silencio de boca en boca
aborda las palabras y asesina un colibrí
que cae en la frase, estigma en disfraz de falacia
mutismo que corrompe los hilos perdidos del caos mismo.