jueves, 31 de enero de 2008

Hasta cúando has de huir

Hasta cuando has de huir sombra esquiva
las mañanas tejen el pelo de sus uñas
yo te percibo; uñas tras pelo, atrás tela.
se reducen las horas de la caída final
procede el escape que nunca llega
me ciega el ciego de la tarde
y la lluvia elimina el rastro tardío.


Por las noches vienes y me muerdes
sin escudo ni arma mínima a mano
espejo de la invisibilidad opuesta a mí
es de ti el clamor aplastante y fogoso
pensamiento sin pensar un momento
me desprendo de mis manos, fallezco.


Sueños atrapados en un sabio oculto
¿es la mente o el más allá de un bulto?
quien desgarra el sudor de mi noche
no permite entablar la charla amigable
para decir lo sutil y aliviado amigo mío
me permito la molestia de llamarte así
tejidos pronto estaremos, no huir es clave.

Ese escape desencarnado nuestro
tan doloroso y a la vez tan exquisito
a cualquier hora y en cualquier lugar
médula, sombra, abeja, prostíbulo,
la miel ha ensordecido un tímpano
para no comprender tus gritos
que solo yo oigo para agobiarme,
un episodio atascado en su mentón
el detective busca, el asesino huye
esfúmate como el agua en la arena
simple pero moribundamente seca
desde ayer bebo tus murmullos,
no más, estos ruidos desesperan,
pero antes, bebamos una copa
luego regresemos a la normalidad.

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