jueves, 19 de agosto de 2010

Hay un gato blanco sobre el techo

Hay un gato blanco sobre el techo de una vieja casa
Destripando hogueras en la fosforescencia del cosmos,
Un robusto olivo transforma el aire en olvido
Los pálidos maullidos se acurrucan en los sueños.
De alguna forma el perro callejero deambula
Entre cada basurero quieto de envoltorios encarnados
Rumiando aquellos desechos albergados en el hostal del misterio
En la soledad de la noche
En los patios ladrantes suspirantes
de piscinas solares
Vacantes al corazón en un verano congelado,
En una noche detenida bajo la carretera del aliento
más que todo lo demás,
Hay un minino susurrándole enigmas a Orión,
Y éste, apuntando hacia algún lar en las vísceras de la galaxia,
Empuña sus ojos en los volcanes de cada maullido.

1 comentario:

Rodfry dijo...

Silente y misterioso... en el mes de los gatos, se les ve de distintos colores en los techos. Me gustó, felicidades Esteban.