sábado, 11 de octubre de 2008

Pestañeo etéreo

Estando sentado entre intrigantes vasos de vidrio
entre minúsculas miradas de pequeños insectos
como moscas mosquitos y zancudos que se guían
por la luz del primer cometa que atraviesa el universo
sentía de lejos unos quejidos similares a los de un
niño abandonado en un desierto que nadie conoce
pero estaba entre esas meditaciones buscando respuestas
que calmaran el desesperante escenario de bobas conclusiones
donde la mixtura del pensamiento se transforma en aceite hirviendo
con el viento que acosa a las hojas y el frío que refugian los cuchillos
la sangre que ruge en cada vena se transforma en violencia
por el constante parpadear de cada ojo que rompe el iris
el sueño se transforma en pasos por un pasillo oscuro
donde el único sonido son los gatas en celo que se quejan
los pasos como el único indicio de la verdad se esconden
la tenue luz del televisor lo hipnotiza a uno para irse del mundo
el abrir y cerrar los ojos sólo te enseña a dudar de la realidad
se ingresa entonces a portales borrosos que nadie te explica
las sensaciones la vista todo es una muestra clave
la saliva que se cae por la boca los sonidos complementarios
esa capa que te cubre con el sonido de una radio sin antena
los sueños lúcidos que se marchan en una eternidad incontable
en un espacio que no se puede nombrar ni siquiera con el silencio
no se puede regresar al mismo sueño dos veces aunque se quiera
nada es posible de volverse a encontrar en este absurdo de parpadeos
tan real que el dolor te envuelve el llanto a la carne
que cuando el hambre es mas fuerte no se puede vivir
cual de todas esas amadas que en sueños me acariciaba el pelo
fue mas desconocida en esta vida que lo negro del universo
porque tal y como la vida es un pan sin mantequilla
puede que vivamos más de lo que creemos
y aun así sentirnos uno solo nada más
es por ello que la angustia nos invade
con ese puñal en la nada de nosotros
porque al fin y al cabo somos pena y gloria
somos agua y fuego, aire y tierra
somos expansión e introspección
en nosotros se esconde más de una verdad.

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