jueves, 21 de junio de 2012

Ob

El único paisaje en que despiertas, el paisaje de ti mismo viéndote sin hacer nada, sin hacer algo, sin hacer si quiera un gesto distinto; levantar la mesa, sacudir las migas y dejarla  sucia de té. Verte de pronto sin conocer la locura de las horas, atrapado en el instinto de la rutina, rumiando a través de los objetos como si se fuese uno más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Viendo al otro día solo un espejismo de lo que pudo haber sido...